lunes, 2 de mayo de 2016

INVENTAR ANTES DE IMPROVISAR


Resumen
Nadie duda de la importancia y obligatoriedad que tiene la improvisación dentro de la formación musical del alumnado de Conservatorio, pero no todo el profesorado está cómodo en afrontarla de forma rutinaria.
Escribo estas líneas encuadrándome en la facción de profesorado que aún no se siente cómodo o se bloquea cuando piensa en que el alumnado improvise en clase. Y todo esto a pesar de haber asistido a numerosos cursos de formación específica sobre improvisación, tener una habilidad instrumental y musical aceptable para improvisar en diversos estilos y sentir la necesidad pedagógica de introducir la improvisación como contenido primordial en la enseñanza musical.

Objetivo:
En ningún momento esta entrada pretende dar una exposición magistral sobre improvisación. El único objetivo que persigue es compartir las actividades practicadas con el alumnado de primer curso.
Para ello, se parte de una reformulación del concepto clásico de improvisar porque personalmente esto ha sido el verdadero incentivo para poder trabajar en clase sin agobios ni presiones.

Desarrollo:
En primer lugar, mencionar lo que clásicamente entendemos por improvisar, que es tocar de forma fluida una nueva u original melodía sobre una armonía y acompañamiento externo y con una temática musical ya definida. Desgraciadamente este concepto está tremendamente ligado  a la música jazz pero aún así no es real porque en cualquier tipo de música podemos improvisar y porque la improvisación es más que esto.
Como docentes de conservatorio, en enseñanzas de cuatro cursos (elemental) o diez cursos (intermedia) no tenemos por qué tener ninguna presión para que en los primeros cursos tengamos que exigirnos que el alumnado improvise con las únicas pautas de una armonía o acompañamiento.
La programación a medio-largo plazo es una gran ayuda para plantearnos la improvisación como un objetivo en lugar de contenidos de cada curso. Por tanto, el primer cambio será plantearnos la improvisación en todas sus variantes como meta del proceso o a final de etapa. El siguiente reto es diseñar los contenidos fraccionados para cada curso.

Algunos libros de iniciación instrumental para vientos como “Look, Listen& Learn 1 (ed. De haske)” incluyen diversos ejercicios para desarrollar la improvisación desde la audición con audios de acompañamiento:
-Imitación en Eco. En la que los alumnos repiten lo que escuchan en el audio (alternativa a repetir lo que realiza el profesor u otro compañero/a).
-Improvisación sobre motivos propuestos: en piezas de forma A-B-A, la parte B no está escrita y deben inventar una melodía sobre unas notas predeterminadas.  
Estos ejercicios son muy interesantes y realmente útiles pero son complejos para iniciarse en la improvisación. Cuando únicamente nos ceñimos a un libro es muy posible que nos encontremos con bloqueos o limitaciones derivadas por nuestra única fuente de recursos o de las diversas necesidades del grupo que no se sacian con los ejercicios
Con todos los libros y ejercicios practicados, siempre me he encontrado ante el  bloqueo mental o rechazo parcial por parte del alumnado y normalmente es porque estos ejercicios o la forma de plantearlos les supone un nivel de estrés demasiado alto.

En el presente curso, me he replanteado los ejercicios de improvisación sin ningún tipo de libro ni audios de apoyo, ni fichas propias para adaptarme mejor a cada grupo. Además, he dejado de utilizar la palabra improvisar (excepto en cursos de final de etapa) sustituyéndola por inventar, porque el alumnado de 8 años la relaciona mejor. Las “nuevas” actividades han sido:
1.- Tocar piezas cortas inventadas partiendo de un registro dado y con una nota de referencia (a modo de tónica, pero sin ese fin).
1a partiendo de un registro dado.
1b partiendo de varias notas predeterminadas.
2.- Repetir las canciones (siempre cortas) que se han inventado los compañeros de clase (a modo de eco) sin demasiada atención al ritmo.
El ritmo en ningún momento se menciona porque tendrá la influencia de lo que hayan tocado con anterioridad por lo que en función de los ritmos que queremos que basen sus invenciones, ordenaremos los ejercicios previos.

Aparentemente para primer curso sólo hay dos ejercicios muy básicos y que pueden parecer pobres pero realmente son suficientes para alcanzar a lo largo del primer curso las siguientes metas:
-Tocar con fluidez y sin bloqueos cualquier melodía que se inventen.
-Adquirir la rutina de inventarse una pieza o canción sin presiones personales sobre su capacidad, tanto en casa como en clase.
-Ubicar mentalmente la altura de todas las notas antes de que suenen.

La tercera meta es la mas difícil para un instrumentista de viento metal principiante porque con una misma digitación suenan varias notas cambiando la forma de soplar. La inventiva de piezas consolida mejor la ubicación mental (altura) de las notas frente los ejercicios de tocar  con partitura.

Conclusiones
La improvisación musical es un elemento básico para la formación integral y musical de todo el alumnado. Cuando somos capaces de enseñar música mediante la improvisación, se potencia la originalidad y la espontaneidad innatas del alumnado. Se convierte en un elemento didáctico de gran importancia para el desarrollo cognitivo, afectivo y psicomotor que permite extender sus beneficios a todas las áreas del currículo mediante actividades que facilitan el aprendizaje.
El principio básico que propongo en la iniciación de la improvisación es la inventiva de piezas cortas con la única limitación que el alumnado decida, sin limitaciones externas a ellos. El registro a utilizar será el que tengan controlado y la complejidad musical será mayor en cuanto estén más cómodos mentalmente sin ningún tipo de presión. Mientras no inventen de una forma fluida y con total independencia será muy difícil que empiecen a improvisar con patrones melódicos o armónicos predeterminados.

2 comentarios:

  1. Improvisar y/o inventar es divertido :-) sólo hay que encontrar la manera... Como tú has hecho.
    Si un juego nos desborda no tenemos ganas de jugar. Si vemos que poco a poco mejoramos, pues nos ilusiona volver a probar.
    Me gusta tu idea Jorge. Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Improvisar y/o inventar es divertido :-) sólo hay que encontrar la manera... Como tú has hecho.
    Si un juego nos desborda no tenemos ganas de jugar. Si vemos que poco a poco mejoramos, pues nos ilusiona volver a probar.
    Me gusta tu idea Jorge. Un abrazo

    ResponderEliminar