viernes, 2 de diciembre de 2016

Herramientas para aplicar la atención a la diversidad en los conservatorios de música

Ayer tuve la fortuna de participar en las Jornadas sobre Atención a la Diversidad organizadas por el CEP de Córdoba y que se desarrollaron en Andújar. En mi intervención abordé tres aspectos:

  • Qué es atención a la diversidad.
  • Herramientas para aplicarla.
  • Planteamientos para la articulación (desde el proyecto de centro a las prácticas de aula pasando por POAT, programaciones didácticas o protocolos).

Si queréis ver el díptico de las jornadas podéis pulsar aquí.

En realidad, como dije en la intervención, el subtítulo podría haber sido "Cómo desmontar el Plan 66 en las Enseñanzas de Música". A muchos podría resultarles anacrónico, pero el currículo oculto como forma de vehicular la continuidad de los planes antiguos nos persigue.

¿De qué herramientas disponemos?

Ya nos hemos referido en otras ocasiones a que la atención a la diversidad es concebida legalmente y desde el modelo de la educación inclusiva como una atención para todo el alumnado y no restringida a grupos concretos. Otra cuestión diferente es que la normativa establezca un plus para el alumnado neae (con necesidades específicas de apoyo educativo). Pero además entre ese todos y el alumnado neae existe un continuum (gradualismo) que comporta que las herramientas genéricas para la diversidad son también plenamente aplicables para grupos concretos (con independencia de posibles especificidades a tener en cuenta).

Estas herramientas están a la mano y conviene invocarlas continuamente:

  • La flexibilidad e individualización de los contenidos de la programación.
  • La aplicación de la atención a la diversidad como pauta ordinaria de la acción educativa del profesorado.
  • El diseño de la programación en torno al eje de las competencias.

La normativa es explícita al respecto en el art. 37d LEA (Ley de Educación en Andalucía):

"El currículo de las áreas y materias que conforman las enseñanzas que se imparten (…) se orientará a:

d) Permitir una organización flexible, variada e individualizada de la ordenación de los contenidos y de su enseñanza, facilitando la atención a la diversidad como pauta ordinaria de la acción educativa del profesorado, particularmente en la enseñanza obligatoria".

El inciso final ("particularmente en la enseñanza obligatoria") sólo implica una protección añadida para la enseñanza obligatoria, pero por supuesto el mandato legal sigue siendo aplicable al currículo de cualquier enseñanza impartida en Andalucía (incluida la de los conservatorios de música). Por si alguien albergara alguna duda al respecto, el art. 4.3d del Decreto 247/2007 que regula la ordenación y el currículo para las Enseñanzas Profesionales en las Enseñanzas Musicales en Andalucía (normativa especial) reitera con las mismas palabras este mandato de flexibilidad:

"El currículo de las enseñanzas profesionales de música se orientará a:

d) Permitir una organización flexible, variada e individualizada de la ordenación de los contenidos y de su enseñanza, facilitando la atención a la diversidad como pauta ordinaria de la acción educativa del profesorado".

Nos encontramos ante una herramienta maravillosa para que las programaciones dejen de ser tablas marmóreas y se conviertan en instrumentos para el aprendizaje dinámicos y flexibles, aplicables en base a una individualización que tenga en cuenta los intereses, expectativas, necesidades y aptitudes del alumnado (como recoge el art. 1e LOe).

Y aquí entra en juego el trabajo de la programación sobre el eje de las competencias (en la normativa es habitual encontrarlas como "capacidades"):

  • Competencia para la comprensión integral de la música (lenguajes musicales, estilos, etc.).
  • Competencia interpretativa.
  • Competencia auditiva.
  • Competencia creativa / improvisatoria.
  • Competencia escénica.
  • Competencia lectora.
  • Competencia para la integración en grupos.
  • ...

Nuestras prácticas de aula cuentan con estas herramientas que pueden ayudarnos a que el alumnado sea más versátil (sabe escuchar, sabe interpretar, sabe leer, sabe improvisar, sabe actuar escénicamente, sabe agruparse) y que comprenda el fenómeno musical de forma integral. Una versión reduccionista implica mantener el currículo oculto y la perpetuación del plan 66. A fin de cuentas, como dice David Durán el docente debe "aprenseñar" permanentemente. Y en efecto aprendemos en una investigación-acción de aula en la que interactuamos con los intereses, expectativas, necesidades y aptitudes de nuestros discentes. No hay metodologías preconcebidas ni universales sino tratamientos individualizados que toman como centro del proceso educativo al discente.

6 comentarios:

  1. Magnífica intervención. Muy clarificante... un placer escucharte Antonio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Trini, gracias por tus palabras. Un privilegio haber podido colaborar en las jornadas y una auténtica pena no asistir a la intervención del Conservatorio de Montoro de la tarde. Encuentros como los del otro día son los que nos ayudan a comprobar que hay movimiento.

      Eliminar
  2. Magnífica intervención. Muy clarificante... un placer escucharte Antonio.

    ResponderEliminar
  3. Gracias Antonio por compartir tu sabiduría y tus experiencias. Estoy empezando a trabajar para empezar a derribar las barreras(sobre todo mentales)para que mi conservatorio abra las puertas a dierentes personas con diferentes intereses y pecuiaridades.
    Estuve en el Jornada de Andújar y fue para mi una experiencia maravillosa.
    Me encanta la justificación normativa que has hecho de la atención a la diversidad en los conservatorios. Voy a aplicarlo en la realización de un proyecto en mi centro. Gracias.

    ResponderEliminar